“Es posible un final de la guerra en 2023 marcado por una derrota de Rusia”

Gordon B. “Skip” Davis Jr, general de división retirado del Ejército de EEUU, cree que una derrota de Rusia es posible en 2023 siempre y cuando los países aliados de Ucrania sigan suministrando armas al gobierno de Volodimir Zelenski. Davis, que fue subsecretario general adjunto de la División de Inversión en Defensa de la OTAN, a la que se unió después de retirarse del Ejército de EEUU con más de 37 años de servicio, no considera que la política occidental de aislamiento hacia Rusia vayan a ser “determinantes para cambiar la voluntad de Putin”.

¿Traerá 2023 una desescalada del conflicto en Ucrania tras el anuncio de tregua temporal?

El sangriento conflicto en Ucrania continuará en 2023. Ninguna de las partes está cerca de cumplir sus objetivos ni tiene una ventaja abrumadora sobre la otra. Dicho esto, es probable que se produzcan avances importantes por parte de Ucrania. Por tanto, es posible un final de la guerra con una derrota rusa. Las tendencias actuales son más positivas para Ucrania, dado el apoyo financiero sostenido de Occidente y la ayuda militar de la UE y la OTAN (especialmente Estados Unidos y los aliados del norte), así como la cohesión política, la resistencia popular y la competencia militar de Ucrania. Rusia se esfuerza por reiniciar una ofensiva a gran escala a pesar de la presión y la movilización. Moscú sigue provocando bajas civiles y sufrimiento injustificado, al mismo tiempo que malgasta su propia sangre y sus valiosos recursos. La variable clave para Ucrania es la ayuda occidental, que sigue siendo sólida y parece asegurada en el futuro inmediato. El invierno será largo y difícil, pero los ucranianos están demostrando ser extremadamente ingeniosos y decididos a continuar su lucha, animados por los recientes éxitos y el continuo apoyo exterior. Las variables clave para Rusia están relacionadas con el control del poder por parte de Putin y su capacidad para mantener el esfuerzo militar. Puede seguir reprimiendo la disidencia, pero a un coste cada vez mayor de apoyo popular. Putin mantiene un respaldo suficiente de los partidarios de la línea dura y de los “siloviki”, pero hay signos de fractura. Las reservas rusas de armas y personal y el miedo a las consecuencias de una derrota mantendrán la agresión rusa. Pero el ejército del Kremlin carece de la formación, el liderazgo, la organización y la motivación necesarios para enfrentarse a un ejército ucraniano decidido y bien dirigido.

“Es posible un final de la guerra en 2023 marcado por una derrota de Rusia”